sábado, 2 de marzo de 2013

La lealtad


- Leer detenidamente el texto y contestar las siguientes preguntas:

   1- ¿Qué es ser leal?
   2- ¿En qué nos favorece el ser leal?
  3- ¿Es pobre o rica la persona que es leal?  Explica por qué.



La lealtad es un valor que básicamente consiste en nunca darle la espalda a determinada persona, grupo social y que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud, la lealtad está más apegada a la relación en grupo. La lealtad es un atributo del SER humano, que ha generado un grado de consciencia y se comunica con el alma.
Es una virtud que pertenece a una esfera elevada del ser humano, donde se gestan los valores morales y éticos.

Las personas leales son aquellas que no traicionan la confianza de los demás  que cuidan sus afectos, valores e ideas con firmeza, a pesar de cualquier circunstancia.

La lealtad nos hace proteger, a lo lago del tiempo, los vínculos con las personas a las que estamos ligados (la familia, los amigos, los compañeros), con las instituciones de las que formamos parte, con nuestra Patria y también con nosotros mismos.

También son leales los que saben corresponder cuando han recibido algo bueno de los demás, aunque sean desconocidos, un país, la escuela, el club.
Son leales quienes no abandonan su familia o amigos cuando están en las malas, y los acompañan con alegría y desinterés si están en las buenas.

Ser solidario, compartir las tareas de la casa, pensar en cómo podemos aportar alegría y bienestar a la familia, son manifestaciones de lealtad.
Lo mismo vale para los amigos y para todos aquellos que nos ayudan a crecer y a ser mejores personas.


La lealtad con uno mismo consiste en mantenernos fieles a los propios sentimientos y convicciones. Una persona leal consigo misma es sincera, honesta y no cambia de idea u opinión por conveniencia, ni porque se lo pidan los demás.

La lealtad incluye a la verdad y a la responsabilidad. Mentir para lograr una ventaja y no hacernos responsables de nuestras propias acciones, buenas o malas, es una actitud desleal.


No somos leales cuando:
No cumplimos lo que prometemos.
Cuando divulgamos los secretos que nos confiaron.
Cuando hablamos mal de alguien tratando de que los demás lo desvaloricen y repetimos los chismes que nos cuentan.
Cuando nos acercamos a alguien para sacar un provecho y no por un interés sincero.





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